Ella le amaba locamente, pero de un modo delirante. No había muestras externas de cariño ni remilgos, sólo conversaciones profundas y una indestructible amistad que ninguno de nosotros conseguiría penetrar. Algo curiosamente frío y antipático que entre ellos era de hecho una forma de humor a través de la que se comunicaban mutuamente sutiles vibraciones. Imposible descifrarles. Tenían su propio lenguaje y con la mirada se lo decían todo.
Es verdad que quien tiene el poder debe de ocultar sus verdaderos sentires y mostrase ante el mundo como inquebrantable, aunque tal vez por dentro este roto en mi pedazos.
ResponderEliminarBesos
Ilesin; a veces esa es la única forma de sobrevivir
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