Nunca imaginaste que harías algo así. Nunca te habías visto como una de esas personas a las que les gusta la luna o que pasan horas contemplando el mar o una puesta de sol. A ti te gusta el frío, sintiendo como el agua empapa tu camiseta y te moja la piel; y notar como la tierra se vuelve mullida bajo tus pies; y el olor... y el sonido de la lluvia al golpear las hojas. Todas esas cosas que dicen los libros que no has leído. Esa eres tú.
Ella le amaba locamente, pero de un modo delirante. No había muestras externas de cariño ni remilgos, sólo conversaciones profundas y una indestructible amistad que ninguno de nosotros conseguiría penetrar. Algo curiosamente frío y antipático que entre ellos era de hecho una forma de humor a través de la que se comunicaban mutuamente sutiles vibraciones. Imposible descifrarles. Tenían su propio lenguaje y con la mirada se lo decían todo.
Somos muchas cosas que aparentemente no dejamos entrever en la vida real, más por el que dirán que por la vergüenza que nos pueda dar.
ResponderEliminarBesos
Soy capaz de casi todo eso. Un abrazuco
ResponderEliminarMe encanta esta entrada. Es muy profunda. Te admiro!
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