Visitar el palacio de Sisi fue como vivir inmersa, por una hora, en un sueño repleto de perfectas pinturas, ríos de oro a modo de pared y demás lujos con los que la Emperatriz Austriaca y el resto de su numerosa familia, contaba... Sintiéndome parte la nobleza al adentrarme en las exuberantes salas de baile o de combate y disfrutando de la apasionada sensación transmitida sutilmente por aquel lugar.
La verdad, he de decir que Austria es un país precioso; en el que abundan los lagos o ríos; en el cual las montañas parecen comerse el mundo y en donde se respira una mayúscula tranquilidad. Por otro lado, debo advertirles que en cuanto al ámbito gastronómico, no se encuentran ellos muy lucidos... día que no se comía verdura, día que no se sentían realizados. No se si será por mis malas costumbres alimentícias pero yo eso de desayunar, almorzar y cenar pimiento, no lo llevaba precisamente bien. Por lo demás, os invito a que visitéis el país porque es sin duda alguna, digno de admirar.
que bonito silviaaaa
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